
Todos podemos ver la apariencia externa del cuerpo humano y a pesar de algunos detalles, podemos decir que es una forma física definida. Pero internamente, aunque los órganos son también en apariencia iguales. Su función es diferente, según el sentimiento de la persona.
No es lo mismo el corazón de un hombre del campo venezolano, de Colombia, de Brasil, etc. De un noble y humilde obrero. Que el de un empresario de cualquier parte del mundo. Y es que mientras el corazón del pueblo, del hombre o mujer del campo está henchido de amor, orgullo por su tierra, su trabajo. Pese a las carencias que le imponen. El empresario, el rico, el minero, el potentado, el oligarca, el burgués siente y piensa con el estomago inflado, preñado de gula y avaricia. Seguir leyendo «SIN RENCOR, SIN ODIO (por que no son dignos de eso), PERO CON ARRECHERA Y DISPUESTOS…»