Quién es Carlos Lanz Rodríguez constructor de sueños, profesional de la esperanza

Mayi Cumare Sequera

Hablar de Carlos Lanz desde lo humano, es hablar de toda su trayectoria de lucha, porque lo humano lo mueve por las utopías concretas, sueños y esperanzas de una sociedad justa, equitativa, solidaria e igualitaria, que se inscribe en un movimiento que sueña, lucha y cimenta convicciones y referentes para la acción, naturaleza y sentir que hacen que podamos percibir de su propio verbo la fuerza de una firmeza inmutable.

Nace en Upata Estado Bolívar el 03 de julio de 1946, sociólogo de profesión, educador popular, investigador, analista político, guerrillero, combatiente de la lucha armada, ex preso político, defensor de la agroecología, de los consejos de trabajadores, trabajadoras y del trabajo como proceso social y sobre todo militante de la justicia social. Es   un combatiente que desde la palabra desarrolla batallas en contra del poder hegemónico y de las injusticias sociales. Irreverente sin matices en su postura gramsciana. Estratega y visionario quizás más por viejo y resabiado que por sabio como muchas veces manifiesta en tono sarcástico hacia sí mismo. Resabios de guerrillero, de militancias y convicciones, de analista e invedecoriano.

Dedica su vida al compromiso de transformar las relaciones de explotación y dominación capitalista, atravesando sus diversas dimensiones; desde las armas en épocas de levantamientos subversivos y combativos y posteriormente, a partir de sus investigaciones y coordinaciones en los ámbitos económicos, educativos, productivos y político-militares. Sus aportes poseen un nivel de profundidad y coherencia relacionados con el transcurrir revolucionario de la historia, sus planteamientos son parte de su práctica cotidiana[MC1]  y nos sirven hoy como conexos para seguir profundizando la transformación de la sociedad venezolana y latinoamericana. A parte de sus aportes teóricos prácticos, también es un valioso ejemplo como ser humano, padre, compañero de vida, hermano y camarada.  Hoy su legado nos sigue movilizando a muchos y a muchas en la transformación genuina y la construcción de otros mundos posibles e indispensables. El ejemplo de vida e ideas de Carlos Lanz ha sido una construcción en el transitar de más de 60 años de historia de lucha, confrontación, discusiones, ideas y propuestas que por más que intenten enterrarse, terminan germinando como semillas, multiplicándose, exigiendo respuestas y profundizando radicalmente la transformación en todos los ámbitos de la vida humana. No podemos permitirnos el silencio, ni la impunidad, no podemos permitirnos no germinar esta lucha plantada por mujeres y hombres históricos como él, no podemos permitir que se instaure la barbarie.


Hablar de Carlos, es hablar de un camarada incansable en la lucha por la transformación de la patria grande, de un soñador, lanzado contra la dominación capitalista, obrero, campesino, maestro, filósofo, escritor, investigador, hombre ejemplar desde la mirada transformadora, disciplinado, consecuente con sus convicciones y con los colectivos de trabajo con los que articula.

Es un empecinado en la lucha por concretar objetivos estratégicos que agilicen las posibilidades de hacer irreversible la Revolución Bolivariana. Su conciencia lo hace un Quijote formador que  siempre trabaja bajo la premisa “La revolución es cultural o reproduce la dominación”. Con esa convicción no ha dejado de impulsar, coordinar, facilitar formaciones, encuentros, mesas de trabajo, seminarios, con el propósito de acumular fuerza consciente, que impidan la regresión de nuestros procesos.
Como Hermano y amigo es un ser noble, desprendido, es un ser humano en su más amplia expresión. Es semblanza de ese hombre nuevo, del que nos habló el Ché.

Parafraseando a Fidel, si un día nos preguntan cómo queremos que sean nuestros hijos e hijas, sin vacilación, diría quiero que sean como nuestro irreverente soñador Carlos Lanz.

Caracterizado por el coraje, honestidad, coherencia y lealtad a sus principios revolucionarios, se involucra con pasión en el tema educativo y descubre la lógica del poder que se ejerce desde la escuela. Desde su gran sensibilidad se instala en la crisis del saber. Su madurez intelectual, su profundo compromiso militante, su honestidad pedagógica y las condiciones de los contextos nuestro americano, lo obligan a repensar viejos saberes y viejos problemas como el aprendizaje, la epistemología, la didáctica y la educación en los nuevos contextos.

Nos plantea la politización de la pedagogía y la pedagogización de la política como conjunción dialéctica social donde privilegia la comunicación alternativa, la cual es fundamental para hacer del  pueblo interlocutor de la lucha desde la nueva racionalidad encontrada en Habermas, la investigación acción, el aprendizaje significativo por descubrimiento,  la educación popular y el método INVEDECOR como paradigma emergente para la organización  de fuerzas conscientes que superen la división social del trabajo y la atomización como  expresión evidente del capitalismo en el plano educativo, sociocultural, familiar, personal, laboral e institucional.

Desde lo personal es un hombre profundamente amoroso, donde coloca ese gran sentimiento como combustible de sus convicciones. Con una profunda conciencia de clase, se caracteriza como Teórico-Práctico, Táctico-Organizativo, lo cual se evidencia de manera sustancial. Siempre articulando su práctica intelectual con su praxis política. En todo momento trata de entender críticamente lo que sucede en la compleja realidad y sabe que para entender su existencia tanto personal como colectiva es necesario comprender la realidad social como totalidad, lo que también supone comprender el espíritu del tiempo (la circunstancia).

Ha dedicado años al estudio de la estructura, funcionamiento y características del capitalismo en su desarrollo y la forma particular concreta de dominación que el mismo asume en Venezuela.

Es un estudioso acérrimo de la guerra híbrida no convencional y subsidiarias que el imperio norte americano ha desatado contra el pueblo venezolano. No se queda solo en la investigación, sino que elabora propuestas y estrategias para la defensa integral del territorio, desde la organización hasta métodos tácticos de resistencia que permitan desarrollar la lucha de todo el pueblo.

Carlos Lanz esta consciente que la génesis de esta guerra hay que ubicarla en los procesos de acumulación y reproducción del capital. Elabora y utiliza los conceptos teóricos en función de su práctica política, en los problemas que nos plantea el proceso de liberación nacional contra el capital y de la lucha de clases. Particularmente en nuestro país investiga y reflexiona el pasado y el presente para ayudar a planificar las tareas futuras de la Revolución Bolivariana. Contribuye a elaborar respuestas concretas a los problemas que enfrenta nuestro proceso de construcción social, cultural, político, económico y militar. En su práctica jamás se plantea problemas políticos abstractos, separados o aislados de la lucha de clases.  Establece siempre una relación dialéctica entre la teoría crítica y su praxis revolucionaria fundamentada en el ideario bolivariano y el corriente histórico social; indaga, problematiza y profundiza categorías  como el cimarronismo y el indigenismo, la teología de la liberación y el marxismo. Su Lucha tiene como horizonte el desarrollo de la formación crítica, política e ideológica para que la clase obrera, los campesinos y campesinas, maestros y maestras, mujeres, milicianos, cultores, el movimiento popular en general, adquiera las herramientas necesarias como instrumento de lucha para la emancipación y la descolonización.

En la dimensión epistemológica y metodológica, propone en el proceso de producción de conocimientos, trabajar con el método INVEDECOR, el cual es una estrategia de articulación entre el saber y el hacer que globaliza la producción de conocimientos en la acción, combinando el aprender haciendo, aprender investigando con nuevas prácticas comunicativas y organizativas. Tiene un legado de aportes en líneas estratégicas que tributan a las transformaciones estructurales, en el plano educativo propone un currículo que supere la división social del trabajo capitalista, el monopolio y jerarquías del saber, la atomización del pensamiento que desde la separación de las actividades manuales e intelectuales se parcela y fracciona manifestándose en modalidades tecnocráticas, expertocráticas y modalidades conservadoras de la formación docente. Reivindica la educación popular y el desarrollo curricular integral como proceso de construcción reflexiva que en el plano metodológico y estratégico lo concreta en el programa todas las manos a la siembra como estrategia para producir nuestros alimentos desde una perspectiva agroecológica y didáctica investigativa, desde el hacer productivo, para alcanzar la seguridad y soberanía alimentaria. En cuanto a la producción nacional, considera que son los trabajadores y trabajadoras quienes deben dirigir el proceso social de trabajo a través de la organización de los consejos de trabajadores y trabajadoras, de la formación sociopolítica y tecnológica, integral, colectiva y permanente. Propone que todos y todas debemos tener patios productivos para contrarrestar el desabastecimiento programado, organizarnos como milicianos y milicianas, desarrollar la inteligencia social para combatir las operaciones psicológicas y la formación en el método táctico de resistencia revolucionaria fundamentado en Vo Nguyen Giap como estratega que dividió las batallas en combates relámpagos para obtener victorias rápidas o avances ofensivos y seguros. En ese plano y con sus investigaciones de fuentes abiertas, proporciona insumos a los decisores, como   aspectos concretos para la defensa integral del territorio.

En conclusión, Carlos Lanz, realiza un verdadero acto de pedagogía política que consiste en enseñar a la gente sencilla, del pueblo, pertenecientes a las clases subalternas, que la democracia política existe si hay democracia económica y social. Es decir, no puede haber democracia real si hay explotación del trabajo. La democracia es plena si el trabajador y la trabajadora se apropian de los medios de producción y de subsistencia y si se elimina la separación entre el trabajo manual y el intelectual, así como todas las formas de intermediación; aportes que puso en práctica en la gestión de CVG Alcasa con la propuesta de cogestión obrera que permitió la participación con la fórmula de la  democracia directa de los trabajadores y trabajadoras en la toma de decisiones, presupuesto participativo, elección de las gerencias, procesos y desarrollo de las iniciativas de los trabajadores y trabajadoras, formación sociopolítica y organización de cooperativas para la transformación de aluminio primario en bienes para las comunidades. Este proceso inédito en el país, permitió el sentido de pertenencia y dirección colectiva desde la clase obrera, la cual es una reivindicación hacia    los y las alcacianos quienes se esforzaban por recuperar, normalizar y relanzar esta empresa básica y empujar el socialismo en la producción y economía del país.

Desde lo humano ha tenido toda una trayectoria de lucha coherente en su praxis, pensamiento, hacer y sentir que lo caracterizan como un constructor de sueños y un profesional de la esperanza y aunque lo hayan desaparecido, su legado continuará carcomiendo las estructuras de las podridas sociedades capitalistas, seguirá su verbo apacible pero contundente remordiendo la conciencia de los y las que obstaculizan el avance de un pueblo que resiste e insurge ante las adversidades.

Un soñador con los pies en la tierra y con la imperiosa necesidad de una constante búsqueda de esperanzas, sueños realizables y utopías, pero desde las concreciones que convierten cada nuevo amanecer en un renacer de optimismo por buscar respuestas alternativas que conduzcan hacia la transformación de nuestros pueblos. Hacia la unidad como continente de la esperanza.

Para los revolucionarios y revolucionarias, todas estas expresiones de amor, solidaridad, admiración y reconocimiento como sujeto político, militante, constructor, visionario, estratega, aventurero, humano y poeta, son razones para no renunciar a su búsqueda y demandar respuestas al Estado venezolano.  Flores rojas, puño en alto, a Carlos Lanz lo queremos sano y salvo. ¿Socialismo o Barbarie?

Mayi Cumare Sequera


 [MC1]

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