Por: Ricardo Robledo
Cuando ocurre una masacre, un gobernante puede expresar una de estas dos opciones:
Lamentar lo sucedido, condenar el hecho, solidarizarse con las familias, solicitar que se adelanten las investigaciones, que se persiga a los responsables, se capturen y se judicialicen con todo el rigor. O
Decir: “no sería por estar cogiendo café”.
Lo más cuestionable socialmente, es que, en la primera declaración o cuando la Comisión de la Verdad, repudia lo sucedido y solicita que se investigue, la derecha ve “un sesgo ideológico”; pero en el asesinato de líderes sociales, campesinos, jóvenes, no ven nada de ideología.
Pero resulta que con las ideas se construyen y expresan las ideologías. Y todas las personas tienen ideas, pero quizás algunos no encuentren en las suyas, nada rescatable y por eso creen carecer de ideología.
Esto pasa por que aquellos que se oponen a los cambios, consideran que las cosas están bien así, que es su estado normal, correcto, natural. Cualquier alteración del orden vigente, es una aberración repudiable y equivocada, producto de cerebros deformados y por tanto de condición inferior, que hasta carecen de contenido humano y merecen ser despreciados. Nada pasa si se les silencia por cualquier método, como el referente real al cultivo del café.
Muchas veces, en el fondo, se ve la historia de un padre maltratador, abusivo, que lleva a que, quienes han estado o estuvieron sometidos a esta experiencia de vida, consideren que los otros deben sufrir, así como lo padecieron ellos, que para los demás no puede ser tan fácil; no quieren perder en su status al padre que ya perdieron -o que no puede ser superado – y verse enfrentados a una nueva situación que los obligue a pensar diferente y a buscar nuevas soluciones; la tranquilidad la encuentran en la protección y el poder del dinero, para, desde esta posición “superior”, reproducir sobre los que consideran inferiores, las funciones de padre abusivo, que fue lo que aprendieron. La debilidad se esconde bajo un fuerte ego y sobre éste, la aparente superioridad y dominio sobre los demás.
Por eso se aferran a sus posesiones recubriéndose de cualquier argumento. “Esto me lo gané trabajando”, “esto me lo dejaron mis padres”, “harto sacrificio que me costó”, “atenidos, que trabajen como lo hice yo”, “estudien vagos”, “lo mío nadie me lo quita”, “la propiedad privada es sagrada”, “es el derecho a la libre empresa”, “el vivo vive del bobo”, “hay que aprovechar las oportunidades”, “ es visión para los negocios”, “el poder es pa` poder”.
También están los que se relacionan y admiran el estilo de vida mafioso, su forma despreciar la vida de los demás y su ejercicio de la violencia, que no se anda con reparos, cuando del dinero se trata.
Un simple recurso de consulta al diccionario, dice que la ideología es:
“1. Disciplina filosófica que estudia las ideas, sus caracteres y especialmente su origen.
2. Conjunto de ideas que caracterizan a una persona, escuela, colectividad, movimiento cultural, religioso, político, etc”.
“Se entiende por ideologías políticas a los conjuntos de ideas o postulados fundamentales que caracterizan a los partidos políticos en relación a cómo deberían funcionar las instituciones de un Estado, una sociedad o una población”