STELLA CALLONI 02 ABRIL 2020
(Extractos) En una acción desesperada, cuando su gobierno (este sí terrorista) tambalea por el caos que ha engendrado en el mundo, y en Estados Unidos la pandemia del coronavirus afecta a casi doscientas mil personas, el presidente Donald Trump ordenó imponer cargos por narcoterrorismo contra el presidente de Venezuela Nicolás Maduro y sus principales funcionarios, ofreciendo, como si fuera una película del viejo oeste, una recompensa de 15 millones de dólares para que le “entreguen” al mandatario venezolano y 10 millones por cada uno de los acusados.
No sólo esto. Como en el lejano oeste el rostro de Maduro se ve en un cartel donde se ofrece la recompensa lo que resulta no sólo brutal sino criminal y se convierte en una afrenta para la humanidad en estas circunstancias.
En momentos en que el propio secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, advierte que deben ser levantadas las sanciones impuestas a varios países como Cuba, Venezuela, Irán, Nicaragua y otras para atender la pandemia que asola a la humanidad, el gobierno de Trump amenaza con una intervención militar en Venezuela (…)
Los argumentos actuales para esta resolución de la “justicia” norteamericana son ya gastados y utilizados en cada ciclo de la historia, pero no se puede desconocer que en función de querer rendir a Venezuela, y con ella al resto de América Latina, han sembrado de bases la región.
Sólo Colombia, su mejor centro de operaciones contra toda la región tiene nueve bases, y le siguen Panamá, Perú, Guatemala, Honduras, Costa Rica y otros países, incluyendo Paraguay, y Argentina donde el Comando Sur firmó acuerdos con el ex presidente Mauricio Macri.
Pero son los acuerdos últimos de Trump con el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, los que más preocupan en estos momentos (…)
Se sabe que Bolsonaro quiere hacer de Brasil el país líder en la sumisión al imperio, incluso por encima de Colombia (…)
Estos preparativos están detrás de las mentiras del fiscal general William Barr, que acusa sin pruebas a Maduro de “ayudar a las disidencias” de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para supuestamente “tomarse la frontera” común con Venezuela, cuando en realidad estas están tomadas por expertos criminales, mercenarios y paramilitares colombianos armados y entrenados por Israel y EEUU y bajo su dirección.
Desde allí han cometidos asesinatos contra civiles y militares de Venezuela y manejan redes de sabotajes y desestabilización al interior de ese territorio.
Resulta que el narcotráfico, el traslado de la droga que se obtiene en laboratorios colombianos abastecidos con los químicos de los países poderosos, no puede ser controlado por las nueves bases de EEUU en territorio de Colombia, donde la DEA ha sido denunciada, incluso por importantes oficiales que desertaron, de la convivencia de este agencia antidrogas con las mafias colombianas que hundieron ese país en la miseria y la violencia, con miles de muertos.
Pero además un organismo de la propia Naciones Unidas, ha advertido que la máxima cantidad de drogas que va a EEUU desde Colombia, lo hace por los puertos colombianos del Pacífico muy lejos de Venezuela.
Según el fiscal no son ni los paramilitares colombianos, ni la DEA, ni el ex presidente Álvaro Uribe (quien debería estar condenado por crímenes de lesa humanidad), ni su delfín el actual presidente de Colombia, Iván Duque los que sostienen el narcotráfico, como todo el mundo sabe y silencia.
Ya es hora de preguntarse ¿quién vigila las fronteras de EEUU, por la que llegan tantas toneladas de drogas, mientras fuerzas de seguridad cazan migrantes y hasta encierran niños de nuestra región en jaulas? (…)
Este invento es similar al de la amenaza que significaban las “armas de destrucción masiva” que tenía Irak, para después de invadir, matar un millón de personas y apoderarse de ese país “reconocieron” que en realidad “se equivocaron”, y que no existían tales armas, de lo cual habían sido claramente informados. O los argumentos para invadir Panamá en diciembre de 1989 y tantos otros similares en la historia.
Entre las lindezas del Fiscal federal del distrito Sur de Nueva York Geofri Berman, asegura que estos cargos criminales son contra Maduro y sus “socios de las FARC” los que “han traficado tanta droga gracias la protección del gobierno venezolano para los crímenes de narcoterrorismo”.
Además por las presuntas presiones ejercidas por el “chavismo” sobre otros gobiernos para que permitan “el despliegue de la trama criminal”
Con esto dejan pendientes nuevas acusaciones para armar otro escenario y amenazar de complicidad “bajo presión” a todo gobierno “insumiso” para las necesidades de control total del patio “trasero” que intenta el imperio (…)
Guaidó participó como “presidente” de Venezuela, gracias a EEUU, en la “Convención Antiterrorismo” realizada en enero de este año en Bogotá, donde “el tema de Venezuela había sido puesto otra vez en el tapete”. Es decir que estaban preparando un nuevo “asalto” a ese país (…)
Este era el trabajo que anduvo haciendo Mike Pence en sus giras y el apresuramiento que lo trajo al sur.
Estando aún Mauricio Macri como presidente de Argentina, logró que éste introdujera como organización terrorista a Hezbollah, que es en realidad un partido político del Líbano con presencia en el Congreso, y cuya lucha armada ha sido y es la defensa de su país contra los ataques israelíes (…)
Los millones de dólares ofrecidos para “cazar” a un presidente y sus funcionarios no sólo violan todas las reglas internacionales (lo que es ya común para ese gobierno) sino que atenta contra los mínimos principios humanitarios, más aún en medio de una pandemia que afecta a millones de norteamericanos que no tienen ningún resguardo sanitario, y a los que el presidente Trump también condena a muerte, mientras salva a las empresas, mostrando al mundo la realidad despiadada de la “gran potencia mundial” por dentro y la verdadera cara del capitalismo en el ocaso.
Fuente: telesur