Londres, 20 feb (Prensa Latina) Un equipo de expertos de la universidad de Helsinki, Finlandia, investigan el potencial de una molécula capaz de detener la enfermedad de Parkinson, mal que afecta hoy a unos a 6,3 millones de personas en el mundo.
Los que lo padecen suelen experimentar una pérdida severa de las células que producen dopamina, un neurotransmisor o mensajero hormonal y químico que desempeña un papel complejo en la salud mental y cerebral.
La dopamina también ayuda a regular el movimiento, lo que explica el rasgo más característico de ese padecimiento, precisa un artículo aparecido en la revista Movement Disorders.
A través de la molécula BT13 se busca aumentar la dopamina en el cerebro, subraya el texto, y durante el estudio se mostró un aumento en los niveles del neurotransmisor, además de identificar que se activaba un receptor que protegía a las células cerebrales encargadas de la producción de dopamina y evitaba que estas murieran.
Hasta el momento, no existe tratamiento que pueda retrasar la progresión o evitar que se pierdan más células cerebrales, pues a medida que los niveles de dopamina continúan disminuyendo, los síntomas empeoran y pueden aparecer nuevas secuelas.
La enfermedad de Parkinson consiste en un desorden crónico y degenerativo de una de las partes del cerebro que controla el sistema motor y se manifiesta con una pérdida progresiva de la capacidad de coordinar los movimientos, entre otros síntomas.
Aparece cuando las células nerviosas de la sustancia negra del mesencéfalo, área cerebral que controla el movimiento, mueren o sufren algún deterioro, y entre sus características están la rigidez muscular, lentitud en la iniciación de movimientos y temblor.
La enfermedad de Parkinson es una patología crónica, y según los científicos es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente después del Alzheimer.
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