Panamá, 11 nov (Prensa Latina) La procuradora general de Panamá, Kenia Porcell, hablará mañana al país después de la revelación de diálogos supuestamente comprometedores con el expresidente Juan Carlos Varela, filtrados tras espionaje al celular de este último.
El anuncio del pronunciamiento lo hizo el actual mandatario Laurentino Cortizo, quien declaró que Porcell ‘le dará la cara al país’, según le comunicó en una conversación telefónica; respecto a los textos publicados en los llamados Varelaleaks, los calificó de ‘un tema muy delicado’.
Una relación cercana de ambos, que incluye consultas de alta política, se trasluce en los mensajes de presunta autenticidad, porque Varela aceptó que los extrajeron de su teléfono, pero al mismo tiempo dijo que algunos fueron manipulados con fines de causar daños, sin precisar cuáles eran.
A pesar de la separación de poderes, en los chats, que incluyen desde el 9 de abril hasta el 23 de octubre de 2018, se demuestra como el presidente y la procuradora articularon temas relacionados con casos penales o tratamiento a los inculpados, con énfasis en el expresidente Ricardo Martinelli, quien estaba en esos momentos en detención preventiva.
Igualmente, Porcell aconsejó a Varela sobre estrategias políticas, incluidas tácticas de comunicación a través de los medios de prensa, sugirió enfoques para discursos y notas oficiales, además de temas varios como asuntos de seguridad con mención negativa de altos funcionarios de los cuerpos armados y el Ministerio de Seguridad.
Ante tan cercanas relaciones, el diario La Estrella de Panamá concluyó que ‘esa unión explicaría por qué el Ministerio Público mantuvo reservado el capítulo de la investigación de Odebrecht que relacionaba a Varela y a miembros prominentes de su partido con las supuestas coimas (sobornos)’.
Aunque las relaciones entre ambos acapararon la atención mediática por morbosidad y el rumor de renuncia de la procuradora, otros temas escabrosos aparecieron en las conversaciones filtradas, como la participación directa de Varela en la conspiración para derrocar a su colega venezolano Nicolás Maduro.
Desde China, donde se encuentra de visita, el exmandatario emitió un comunicado donde negó que perdiera su celular, como señaló el sitio web varelaleaks.com que publicó el contenido almacenado en el equipo, y amenazó con emprender esta misma semana una acción legal contra los responsables del espionaje.
Recordó la denuncia de la compra el sistema israelí Pegasus de interceptación telefónica en la administración de su antecesor Ricardo Martinelli y su posterior desaparición en el cambio de mandato, e insistió en la posibilidad que el expresidente y sus allegados continúen operando el programa espía.
Pegasus lo vendió al gobierno de Panamá la empresa israelí NSO Group y es considerado por expertos como un arma de ciberseguridad sofisticada, capaz incluso de autodestruirse si no logra contactar con los servidores de sus creadores durante 60 días, según el diario español La Vanguardia.
Los gobiernos de India y México y las plataformas informáticas Facebook y Whatsapp hicieron acusaciones recientes ante la justicia de sus países, donde demandaron a NSO y su compañía matriz Q Cyber Technologies, por ataques a la privacidad de usuarios, mediante ese peligroso programa espía.
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