Por Osvaldo Rodríguez Martínez
Panamá, 25 sep (Prensa Latina) La posición de Panamá con respecto al conflicto en Venezuela se debate hoy entre sus ejecutores que apoyan a los grupos de diálogo y golpismo, y sus críticos que catalogan tales acciones de ambivalentes.
El presidente panameño Laurentino Cortizo informó ayer en Nueva York -según nota oficial- que su país será ‘enlace’ entre las naciones de Latinoamérica y Europa que promueven el diálogo en Venezuela, y el Grupo de Lima, que apoya un golpe de Estado en esa nación.
‘Para Panamá ha sido muy importante desde el primer momento la convergencia. Es decir, tratar de acercar a los diferentes grupos que están en la búsqueda de una solución a la grave crisis humanitaria, social, política que vive Venezuela’, explicó en el mismo escenario su canciller Alejandro Ferrer.
Y para ratificar la postura, la Cancillería del país centroamericano emitió un comunicado donde apoyó las resoluciones de ambos grupos opuestos en sus objetivos y la activación del Órgano de Consulta para la aplicación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), creado para la opción militar.
En lo que analistas señalaron como ‘otra evidente contradicción’, el documento de respaldo a los tres mecanismos para Venezuela ‘dejó constancia de estar a favor de evaluar medidas tendentes a solucionar la crisis que atraviesa Venezuela, siempre y cuando estas no conlleven una intervención militar’.
La publicación local Bayano Digital ‘lamentó’ la adhesión de Panamá al TIAR lo que, junto al espaldarazo a los intentos por solucionar a la fuerza la situación de la nación sureña, es un alejamiento del ‘torrijismo’ que dice defender el actual gobierno del Partido Revolucionario Democrático (PRD), creado por el desaparecido Omar Torrijos.
Según el autor Cecilio Simon, el Istmo apoyó el texto del Grupo de Lima que culpa al presidente legítimo Nicolás Maduro de ‘sucesivos bloqueos’ al diálogo, cuando fue Estados Unidos quien dio órdenes de suspender las negociaciones que se hicieron en República Dominicana.
El Grupo de Lima es un pequeño número de países que actúan al margen del sistema interamericano -recordó- y apoyan a un diputado electo por 96 mil votos en su distrito, quien al margen de la Constitución se autoproclamó presidente, lo que no contempla la magna ley aprobada por los venezolanos.
En contraposición a las acusaciones, el artículo destacó que el clan golpista oculta alguna reacción a las evidencias que muestran los estrechos vínculos del ‘autoproclamado presidente’ con una banda criminal de narcotraficantes, cuya élite lo trasladó clandestinamente a Colombia en fecha reciente, hecho que investiga la Fiscalía colombiana.
A contrapelo de tales señalamientos provenientes de una publicación respaldada por la Vanguardia Torrijista, el canciller anunció que este miércoles propiciarán un encuentro entre representantes de los grupos de Lima y Contacto, ‘para acercar a ambas posiciones’.
Un texto firmado por ‘un torrijista anónimo’, que circula en redes sociales, emitió el siguiente criterio bajo el título áQué falta nos hace Omar Torrijos!:
‘Para mí es muy lamentable leer esta adhesión de Panamá a un pronunciamiento, que lejos de contribuir a la generación de espacios de entendimientos propiciando la negociación política como vía de solución al conflicto, toma partido al lado de quienes promueven la presión, el bloqueo y la agresión en todas sus formas al gobierno de Venezuela.’
El amplio mensaje evalúa de continuismo del gobierno pasado en la actual política exterior panameña, e incluso la califica de ‘difusa, dubitativa y penosa’ y hasta consideró que el anterior presidente, Juan Carlos Varela, al menos fue ‘consecuente con su adhesión incondicional a los designios y órdenes de los Estados Unidos’.
Qué pena que el gobierno del partido de Omar, con discurso vacilante, nada viril y poco sincero, esté desaprovechando la oportunidad de reafirmar la posición de dignidad que caracterizó a la política exterior torrijista, afirmó.
El autor anónimo consideró la posición de engañosa, porque ‘deja entrever una sumisión total sin el coraje de advertirla con claridad’, y la contrapuso a la del fundador del PRD, quien encabezó un grupo de hombres y mujeres ‘que se atrevieron a levantar la frente y ser parte de la solución y no del problema; su postura digna fue capaz de pacificar la región’.
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