Washington, 18 jun (PL) La secretaria estadounidense del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Kirstjen Nielsen, rechazó hoy que deban disculparse por la política de la administración de Donald Trump mediante la cual inmigrantes indocumentados son separados de sus hijos. Seguir leyendo «Titular estadounidense rechaza disculparse por separación de familias»
Día: 18 de junio de 2018
Lento parto en Colombia
Iván Duque ganó con el 54 por ciento de los votos, mientras que Gustavo petro alcanzó el 42. Foto: Jaime Moreno/ El Tiempo.
Por: Atilio Borón
El resultado de la segunda vuelta en las elecciones presidenciales de Colombiasentenció la victoria del candidato de la derecha, Iván Duque, que obtuvo 10 millones 362 mil 80 sufragios contra los 8 millones 28 mil 33 de su rival, Gustavo Petro, candidato de la coalición Colombia Humana.
Amenazadas como nunca antes las fuerzas del vetusto orden social colombiano se reagruparon y prevalecieron por una diferencia de unos doce puntos porcentuales. Terminado el recuento el uribista se alzó con el 54 por ciento de los sufragios mientras que el exalcalde de Bogotá cosechó un 42 por ciento. La tasa de participación electoral superó levemente el 51 por ciento, un dato promisorio ante el persistente ausentismo en las urnas de un país en donde el voto no es obligatorio.
El título de esta nota refleja cabalmente lo que está sucediendo en Colombia. Si un significado tiene esta elección es que por primera vez en su historia se rompe el tradicional bipartidismo de la derecha, que se presentaba a elecciones enmascarada bajo diferentes fórmulas y personajes que en el fondo representaban a los intereses del establishment dominante.
La irrupción de una candidatura de centroizquierda como la de Gustavo Petro es un auténtico y promisorio parteaguas en la historia colombiana, y no sería aventurado arriesgar que marca el comienzo del fin de una época. Un parto lento y difícil, doloroso como pocos, pero cuyo resultado más pronto que tarde será la construcción de una nueva hegemonía política que desplace a las fuerzas que, por dos siglos, ejercieron su dominación en ese país.

Nunca antes una fuerza contestaría había emergido con esta enjundia, que la posiciona muy favorablemente con vistas a las próximas elecciones regionales de Octubre del 2019 en donde Colombia Humana podría recuperar la alcaldía de Bogotá y conquistar la de Cali y preparar sus cuadros y su militancia para las elecciones presidenciales del 2022. Mientras tanto Iván Duque deberá librar una tremenda batalla para cumplir con lo que le prometiera a su jefe, Álvaro Uribe: avanzar sobre el poder judicial, poner fin a la justicia transicional diseñada en los Acuerdos de Paz y sobre todo para evitar que el expresidente, el verdadero poder detrás del trono, vaya a dar con sus huesos en la cárcel debido a las numerosas denuncias en su contra por su responsabilidad en crímenes de lesa humanidad –entre ellos la de los “falsos positivos”– y sus probados vínculos con el narco.
En suma: algo nuevo ha comenzado a nacer en Colombia. Todavía el proceso no ha concluido pero los indicios son alentadores. Nadie soñaba hace apenas tres meses en ese país que una fuerza de centroizquierda con un exguerrillero como candidato a presidente pudiera obtener más de ocho millones de votos. Sucedió y nada autoriza a pensar que el tramposo bipartidismo de la derecha podrá resucitarse después de esta debacle; o que la euforia despertada en millones de colombianas y colombianas que con su militancia construyeron la más importante innovación política desde el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán en 1948 se disolverá en el aire y todo volverá a ser como antes.
No. Estamos seguros que no habrá marcha atrás en Colombia. A veces hay derrotas que anticipan futuras victorias. Como las que sufrió Salvador Allende en Chile en la elección de 1964; o Lula en Brasil en 1998. ¿Por qué descartar que algo semejante pudiera ocurrir en Colombia? Sólo tropieza quien camina, y el pueblo de Colombia se ha puesto en marcha. Tropezó, pero se levantará y más pronto que tarde parirá un nuevo país.
Zona de desastre
Por Carolina Vásquez Araya
En Guatemala la vida se ha vuelto una prueba de resistencia contra adversidades.
Al clausurar la zona devastada por las recientes erupciones del volcán de Fuego por ser de alto riesgo, las autoridades guatemaltecas ponen un sello a la búsqueda de víctimas y con ello impiden a los deudos cerrar su duelo. La tragedia, por lo tanto, continuará para cientos de familias sumidas en la incertidumbre y el dolor de haber perdido no solo sus hogares sino también a familiares, vecinos y amigos. Para quienes no hemos experimentado una pérdida semejante resulta imposible comprender la dimensión del drama de estas personas quienes, además de quedar a la deriva, se enfrentan a la dura realidad de depender de un Estado incapaz de ofrecer el apoyo mínimo que corresponde en estos casos. Seguir leyendo «Zona de desastre»
Colombia es definitivamente otra
Por Tania Peña
Bogotá, 18 jun (PL) Pese al regreso del Uribismo al gobierno, el resultado del movimiento Colombia Humana en las urnas es histórico.
Nunca antes en la historia del país un candidato al margen de la política tradicional y con un pensamiento de centroizquierda había logrado los índices de apoyo que alcanzó Gustavo Petro en las elecciones presidenciales.
Concluida ayer la totalidad de las mesas escrutadas en la segunda vuelta electoral, el representante de la ultraderecha colombiana Iván Duque se impuso con el 54 por ciento del sufragio frente al 42 por ciento de la votación alcanzada por el exguerrillero del M-19, excongresista y exalcalde bogotano.
Había esperanza en la Colombia Humana. Por eso la honda congoja que invadió a los seguidores de Petro, cuando conocieron de la victoria del candidato del Centro Democrático, el partido fundado y liderado por el expresidente Alvaro Uribe.
Sin embargo, Petro agradeció y a la vez pidió a la gran coalición de fuerzas que le apoyaron renunciar a la tristeza y continuar movilizados por el cambio. ÂíAquí no hay derrota. Por ahora no seremos gobiernoÂí, apuntó.
‘Petro, amigo, el pueblo está contigo’, coreaba una multitud anoche en esta capital, mientras el expresidenciable intentaba dar un discurso de ánimo y fe en la victoria futura de la Colombia Humana.
‘Somos ocho millones de colombianos y colombianas libres en pie. Aquí no hay derrota’, remarcó en alusión al número de nacionales que le dieron su voto.
Comentó Petro que el mundo estaba esperando un milagro de Colombia, por ello el respaldo a la Colombia Humana de figuras tan ilustres como el lingüista estadounidense Noam Chomsky y el Premio Nobel de Literatura sudafricano, John Coetzee, entre otros.
Sin embargo, el poder de las maquinarias políticas y de los ejes clientelistas que se arrimaron a las toldas de Duque y la estrategia del miedo contra Petro de la que se hizo derroche en la agenda mediática pesaron en la decisión del electorado.
En Colombia, aunque todos o casi todos lo nieguen, el odio ha sido un sentimiento constructor de la sociedad, acotó el analista local Joaquín Robles.
En particular Robles mencionó el odio existente hacia las manifestaciones políticas de izquierda, las que a su juicio se satanizan en grado casi enfermizo.
Al explicar el resultado del balotaje, anotó Petro: ‘Nos ganaron diciendo que éramos ateos. Nos ganaron diciendo que habíamos matado gente, que íbamos a cerrar iglesias, que íbamos a volvernos la nueva Venezuela. Nos ganaron con mentira tras mentira’.
‘Los asustamos tanto, que los juntamos. Pero, algún día, muy pronto, entraremos al Palacio de Nariño’, sentenció el representante de la Colombia Humana y de la Gran Coalición por la Paz.
Para el reconocido sociólogo argentino Atilio Borón, lo que ocurrió en Colombia es que por primera vez en su historia se quebró el tradicional bipartidismo de la derecha con la irrupción de una candidatura de centroizquierda.
La Colombia Humana de Gustavo Petro, opina Borón, marca el comienzo del fin de una época.
Se trata, estima el catedrático argentino, de un parto lento y difícil, doloroso como pocos, pero cuyo resultado será la construcción de una nueva hegemonía política que desplace a las fuerzas que por dos siglos ejercieron su dominación en Colombia.
El pueblo de Colombia se ha puesto en marcha. Tropezó, pero se levantará y más pronto que tarde parirá un nuevo país, pronosticó el eminente escritor.
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