Hubiera resultado tan fácil que Cristina al siguiente día de terminado su mandato presidencial en Argentina, agarrara sus tiliches y se largara al extranjero; total que había cumplido lo que le correspondía como jefa de gobierno. Lo mismo hubiera hecho Dilma cuando le dieron el golpe de Estado, lo más fácil: largarse y no voltear atrás. Pero se quedaron y no para estar de brazos cruzados, lo mismo que Lula que no ha parado un día. Seguir leyendo «Resistir, resistir, resistir»→