PAVEL ALEMÁN BENÍTEZ
En el umbral de su paso a la eternidad, Hugo Rafael Chávez Frías designó como su legítimo sucesor a Nicolás Maduro Moros. Tras su elección como presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, por un ajustado margen a su favor, la oposición nunca le ha otorgado ni un momento de paz. La discreción necesaria no es óbice para mencionar lo que la franqueza obliga: el liderazgo de Chávez, cuyo carisma arrebató la iniciativa política a una partidocracia corrupta y abyecta, es insustituible. Tempranamente surgieron reservas sobre la posibilidad de que en ese contexto, cualquier persona electa para el cargo de primer ciudadano pudiera terminar su mandato. Para ser honesto, algunos vaticinaron a Nicolás Maduro unos meses o quizás un año en la presidencia. Y sin embargo, más allá de los cálculos fallidos y de las sorpresas, el gobierno de Maduro sigue allí, resistiendo el efecto dominó favorable a la derecha regional. Seguir leyendo «Delirios imperiales: ¿una intervención militar directa es posible en Venezuela?»