En este enfrentamiento bélico entre las potencias aliadas de Gran Bretaña, Francia, la Unión Soviética, Estados Unidos y China, contra la coalición liderada por la Alemania nazi, la Italia fascista y Japón, se produjeron muchas más muertes civiles que militares.
Por lo menos dos de cada tres de los fallecidos en esta guerra fueron hombres, mujeres y niños, quienes resultaron asesinados al margen de cualquier proceso legal, aniquilados en campos de concentración, o perecieron como consecuencia del hambre.
Tras finalizar la contienda, 51 países acordaron crear la Organización de Naciones Unidas (ONU), el 24 de octubre de 1945, con el objetivo de fomentar la paz entre las naciones y el progreso social, con base en los principios de igualdad de derechos y la libre determinación de los pueblos.
«Las Naciones Unidas es una experiencia histórica de la humanidad, que viene a marcar un hito. Nunca antes la humanidad tuvo un centro de reunión para los asuntos de la paz, de la vida, para tramitar las soluciones a los conflictos (…) solamente es con la creación de este sistema en 1945, cuando se ve a lo lejos, viendo el futuro, una luz allá al final de un túnel largo de batallas, de guerras y de conflictos mundiales», recordó este miércoles el presidente de la República, Nicolás Maduro, durante su primera intervención como presidente electo en la 69° Asamblea General de Naciones Unidas (ONU), que se desarrolló en Nueva York, Estados Unidos.
Luego de 69 años de labores, la razón de ser de la ONU se ve ensombrecida por los intereses de dominio de las grandes potencias imperialistas, que lanzan nuevas guerras neocoloniales y de conquista, escudándose en argumentos como la supuesta responsabilidad de proteger a los «pueblos oprimidos» por «regímenes totalitarios».
Entre 2011 y 2014 la agresión militar perpetrada por Estados Unidos contra Siria ha ocasionado más de 191 mil muertes, de acuerdo con los informes revelados por la Alta Comisionada de Naciones Unidas para Derechos Humanos, Navi Pillay.
Asimismo, 2.100 palestinos han sido asesinados y otros 10.800 han resultado heridos en la Franja de Gaza, debido a la brutal ofensiva lanzada por el terrorismo israelí desde el pasado 7 de julio. Mientras que la operación militar emprendida por el Gobierno del presidente Petro Poroshenko en Ucrania, en especial en el sureste del país, ha asesinado a 3.543 personas.
En agosto pasado la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) informó que durante 2013 un total de 51,2 millones de personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares a causa de crisis y conflictos, la cifra más alta después de la Segunda Guerra Mundial.
También indicó que al final de ese año había más de 16,7 millones de refugiados en el mundo, el nivel más alto desde 2001, como consecuencia de los conflictos armados que tienen lugar en Siria y en un conjunto de naciones africanas.
Esta situación se agrava ante el anuncio que hizo este miércoles presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien en el seno de la ONU informó que su Gobierno intensificará las agresiones militares en Siria e Irak, a través de una «campaña de ataques aéreos».
Refundación de la ONU
Ante este panorama desalentador, es cuestionado el papel de la ONU como organismo encargado de promover y garantizar relaciones de amistad, respeto a los derechos humanos y bienestar de los pueblos. Sin embargo el Gobierno venezolano expresó la necesidad de reivindicar la vigencia de esta institución e impulsar su refundación.
«Sobre esa reivindicación y la importancia humana de que esta organización exista, es que nosotros insistimos en la necesidad de una transformación profunda, como dijera el Comandante Hugo Chávez en varias oportunidades, en sus célebres discursos para defender la causa humana. Hace falta una refundación democrática y profunda del sistema de Naciones Unidas», expresó el Presidente Maduro.
Sostuvo que para cumplir sus propósitos, la ONU tiene que adaptarse a un mundo multipolar, multicéntrico, pluripolar, «con nuevos actores en el mundo, con países y regiones emergentes que tienen voz propia, pensamiento propio y aspiraciones de ser respetados».
El jefe de Estado venezolano planteó la necesidad de contar con una Secretaría General que escuche y represente a todas las voces y que busque fórmulas de paz y de solución de conflictos.
«Tenemos ya otro mundo donde todos queremos hablar, pensar y decidir el destino en paz de nuestro país, hay un nuevo regionalismo que ha surgido», indicó al referirse a los mecanismos de integración que se han creado en Latinoamérica, África y Europa.
Destacó el papel de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de nuestra América (ALBA), que en casi diez años ha impulsado la construcción de un nuevo modelo social y económico.
También se refirió al esfuerzo de Petrocaribe, por promover un nuevo mundo de paz, de justicia, de solidaridad, de cooperación, de complementariedad, y al nuevo regionalismo que está creciendo con surgimiento de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
Voz de los no alineados
Durante su alocución, el presidente Maduro recordó que Venezuela asumirá en 2015 la presidencia del Movimiento de Países No Alineados (Mnoal), y reiteró el compromiso de este grupo «a jugar un papel para motorizar y dinamizar todo el proceso de refundación de la ONU.
«Todo el proceso hacia la reconstitución de una agenda de prioridades mundiales donde todos tengamos voz, todos tengamos votos, donde nadie pretenda imponerse», llamó.
Desde 1989 Venezuela forma parte de este movimiento, que en la actualidad cuenta con 120 Estados miembros, y que nació como un mecanismo para que los países del mundo pudieran conservar sus propias visiones y posiciones, en vez de aliarse a Estados Unidos o Rusia, durante la Guerra Fría que enfrentó a estas dos naciones.
Bajo la guía de lideres socialistas como Josip Broz Tito (Yugoslavia) y Fidel Castro (Cuba), el Mnoal ha emprendido esfuerzos para brindar apoyo a la no adhesión a pactos multilaterales militares, la lucha contra el imperialismo en todas sus formas y manifestaciones, el desarme, la independencia política, la soberanía de los Estados, la no intervención en asuntos internos de los países y la solución de los conflictos, sin recurrir ni a amenazas ni al uso de la fuerza.
Asimismo, ha centrado su acción en el fortalecimiento de la ONU, la democratización de las relaciones internacionales, el desarrollo socioeconómico y la reestructuración del sistema económico internacional hacia un modelo justo en beneficio de las mayorías.
Por este motivo el presidente venezolano, insistió en el poder de este movimiento para contribuir en la construcción de una nueva ONU para la paz, «para un mundo multipolar, donde no haya imperios que se quieran imponer y volver a los tiempos del mundo unipolar».
«Nuestra organización debe refundarse para buscar entre todos la paz total, no es la amenaza del uso de la fuerza, ni el uso de la fuerza, ni la conspiración interna para derrocar gobiernos como el que yo presido lo que nos va a llevar a una paz estable. Es el respeto al derecho internacional lo que nos va a llevar a una paz estable, a una seguridad total (…) busquemos los caminos, busquemos construir una hoja de ruta común de la humanidad, así lo necesitamos para afrontar las grandes causas que nos toca afrontar», llamó el presidente venezolano./AVN/COLAREBO
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