
El jueves celebramos un foro sobre el ajuste del precio de la gasolina, su necesidad y sus efectos, donde participaron expertos de diversas tendencias y actividades, y donde por vez primera el ponente principal, en este caso el ministro de Petróleo y Energía, Rafael Ramírez, estuvo ausente, no obstante que nos habían confirmado su asistencia. Extrañó sobremanera esta ausencia toda vez que el Gobierno nacional había llamado a consulta sobre tan importante materia. Parecía evidente, como lo señaló uno de los ponentes, que Miraflores había dado un paso atrás, y aparentemente renunciaba a la realización de esa consulta, pues no se entendía que pese a la importancia de ese evento y del asunto a discutir y por su actualidad, no hubiese sido posible escuchar la palabra oficial.
Podemos llegar a una conclusión y es que, por lo pronto, está descartado el reajuste del precio de la gasolina. ¿Cómo pudo ocurrir ese cambio en la política gubernamental en torno a una cuestión de tanta trascendencia?
Buscando respuestas, según un sondeo que hicimos en la web 45% cree que se produjo por la campaña opositora, 34% por suponer que también subirá el precio del transporte, y 19% dijo que la gente no estaba convencida de que era justo el aumento.
Casi estamos por concluir que fue una victoria de la oposición en esta guerra mediática, si no fuese porque pretendieron hacer lo mismo contra la aplicación del sistema biométrico para evitar las compras múltiples en abastos por encargos de terceros, mediante un cacerolazo que no se escuchó ni en las urbanizaciones más sifrinas, y pese a las ganas, no se han atrevido a intentarlo contra la exitosa guerra al contrabando de extracción, dejando en evidencia su debilidad.