
CARLOS MORRIS, JUGADOR DE GUAROS DE LARA
En la audiencia de presentación, el fiscal 78º nacional, Gustavo Li Chang, imputó a Morris, Hernández y a Camero como coautores en la presunta comisión de los delitos de secuestro, legitimación de capitales, asociación para delinquir e incremento patrimonial, reseña la Fiscalía en una nota de prensa.
Tales delitos están previstos y sancionados en la Ley contra el Secuestro y la Extorsión, Ley Orgánica contra la Delincuencia Organizada y el Financiamiento al Terrorismo. En ese sentido, el Tribunal 5° de Control del primer circuito del estado Sucre, con sede en Cumaná, una vez evaluados los elementos de convicción expuestos por el fiscal, dictó la medida privativa de libertad para los hombres y fijó como sitio de reclusión la sede de la policía regional, mientras se cumple el lapso correspondiente para la presentación del acto conclusivo.
Adicionalmente, la referida instancia judicial acordó medidas de prohibición de enajenar y gravar bienes y el bloqueo de cuentas bancarias. Carlos Morris, jugador de Guaros de Lara, fue detenido ayer por estar presuntamente implicado en una banda de extorsión y secuestro.
Al deportista profesional lo capturaron a las afueras de una conocida discoteca en la marina Américo Vespucio de Lechería, estado Anzoátegui. En el procedimiento, que se venía realizando desde el pasado jueves, trabajaron comisiones mixtas del Grupo Antiextorsión y Secuestro (GAES) del Comando Regional N° 7 (Core 7) y el Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) de Caracas. Según un comunicado de prensa del Core 7, el jueves ya había sido aprehendido Juan Carlos Camero de 32 años de edad, en la ciudad de Puerto La Cruz.
Camero es hermano del cabecilla de este grupo delictivo que se encuentra recluido en la penitenciaría de Nueva Esparta. El mismo día, cerca de un banco ubicado en la avenida Alberto Ravel de la ciudad porteña, fue detenido o Jorge Fernández Morillo (36), cuando se disponía a cobrar un cheque de 950 mil bolívares.
El general de brigada Endes Palencia, jefe del Core 7, explicó que Camero y Fernández se hacían pasar por trabajadores de la empresa Toyota para captar compradores de vehículos ofreciéndoles precios más bajos. “Sus víctimas, por lo general, residían en la zona centro-occidental del país, por lo que debían trasladarse hasta el estado Sucre para así retirar y gestionar el pago del automóvil, sin embargo, una vez que llegaban al oriente venezolano, eran interceptados y secuestrados por antisociales y de inmediato procedían a exigir dinero a cambio de su liberación”.
A las tres personas detenidas les encontraron transacciones bancarias de altas sumas de dinero en sus cuentas, producto de las diferentes extorsiones y pagos recibidos por liberar a los plagiados.
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