Pbro. Pablo Urquiaga*
Ha llegado la hora de definirnos. Todos decimos creer en “dios”, “en cristo”, en la iglesia; en la “virgen María”; pero ¿en que “dios”, en que “cristo”, en que “iglesia”; en que virgen maría creemos?
1) “dios” puede ser un “ídolo” creado a “nuestra imagen y semejanza”, adaptado a nuestros caprichos el cual nos justifica nuestra “vanidades y ambiciones”; nuestros privilegios y prebendas; nuestro egoísmo e individualismo, nuestra frivolidad y superficialidad, nuestra indiferencia y frialdad ante las injusticias; nuestras cobardías y nuestra “deshumanización”. Un “dios” por los aires, etéreo, desencarnado y desvinculado de lo cotidiano, indiferente del drama humano.
Que ha creado seres privilegiados y seres marginados; ricos y pobres, explotadores y explotados; amos y esclavos; reyes y súbditos, superiores e inferiores, blancos y negros. Un “dios” discriminador; que impone su “voluntad” a los demás, autoritario, vengativo y déspota. Que requiere de “títeres” que cumplan con sus caprichos y que obedezcan sus órdenes. Un “dios castigador”, inclemente con los “pecadores”; que “desprecia a los malos” y les amenaza con “extinguirles”. El “ídolo del dinero” donde exige que se respete sus normas y que se le rinda culto por encima de l propio ser humano, el cual exige “sacrificios” con tal de que la economía (sus bancos) se salven. El “dios” del Capitalismo infernal y del “fondo del Mercado Internacional”. El “dios” que exige sacrificios y le encanta el “derramamiento de sangre” y el “sufrimiento de los seres humanos” que él mismo ha creado. Un “dios” sádico” que se complace con el sufrimiento de los demás y que exige “sangre” para su complacencia. ¿Será que es “dios” es un “vampiro”? Ciertamente ese “dios” es el ANTICRISTO.
¿Otro DIOS es posible? Claro que SI. Es el DIOS DE JESUS DE NAZARETH; el DIOS que se encarna, que respeta al ser humano y desea su FELICIDAD (no su sufrimiento). El DIOS AMOR, Comunidad de VIDA y no de muerte ni aflicción; el cual nos creó “a su imagen y semejanza” para que también nosotros fuéramos felices y dichosos y aprendiéramos a “amarnos los unos a los otros como EL nos amó”. El DIOS COMPASIVO Y SERVICIAL que no “impone ni obliga a nadie” a “hacer su voluntad” sino que la ofrece para que libremente la aceptemos para nuestro propio bien. El Dios que no se complace en la muerte del pecador sino en su conversión para que tenga vida. El Dios del perdón y la misericordia, que no desprecia a los pecadores sino que anda y come con ellos y los invita a participar de su banquete. El Dios que no quiere que le sirvan, sino servir a sus creatura y llenarnos de felicidad y gozo en abundancia. El mejor culto que EL desea es que se haga justicia con el pobre y el afligido, que se levante al que está caído, que los ciegos recuperen la vista, que el cojo camine, que el leproso recupere la salud y que el que esté muerto resucite. El es el DIOS DE LA VIDA; es nuestro PADRE y nosotros sus hijos mas que sus creaturas; que nos ofrece su “herencia” aunque seamos ingratos con EL. Nos ha creado IGUALES pero distintos para que aprendamos a crecer juntos en el AMOR. Quiere la felicidad para todos y no para “unos cuantos privilegiados”. EL QUIERE QUE CADA CUAL RECIBA SEGÚN SU NECESIDAD Y APORTE SEGÚN SU CAPACIDAD pues para eso EL nos ha dado lo que tenemos y somos y nos pedirá cuentas de lo que hemos hecho con lo que hemos recibido. El es el DIOS DE LA JUSTICIA y de la VERDAD. Un DIOS que no quiere que le hagan “estatuas ni imágenes” que lo desfiguran o lo “reducen” en su magnanimidad y bondad. No quiere oro ni plata, ni sacrificios, ni ceremonias “lujosas” que promueven la vanidad y la ostentación de los hombres ambiciosos; lo que quiere es un “corazón contrito y humillado que jamás EL despreciará”. Que se le rinda honor en el servicio a los necesitados, en los más pobres y humildes. “Cada vez que lo insistes que uno de mis mas pequeños, a mí me lo hiciste. Es el DIOS DE LA PAZ y no de la guerra ni de la violencia; el dios Familia, el Dios COMUNIDAD.
2) “cristo” también puede ser un “fetiche” cuando lo sacamos de su realidad “profundamente HUMANA”; lo hacemos un “ídolo” cuando lo “deshumanizamos” y lo encerramos en una “estatua” o en un “sepulcro” y celebramos su “muerte sin su Resurrección”. Cuando lo queremos bien muerto y encofrado en “oro y plata” y colocado en los altares y “custodias de oro puro” pensando que así le rendimos tributo como nuestro “rey”. Lo sentamos con “cetros de oro” en lujosos tronos y le “quemamos incienso” en pomposas y blasfémicas ceremonias. Encerrado en los “sagrarios”, no le permitimos estar cerca de su pueblo pues el único sagrario agradable a EL es el corazón del ser humano. Lo colocamos en templos lujosos mientras sus preferidos viven en “casas de cartón”; EL no quiere templo, EL quiere habitar en su PUEBLO; ese es el verdadero Templo que a EL le agrada habitar. El cristo del Imperio, donde los “ricos de ésta tierra” se justifican a si mismos rindiéndole “honor y gloria” pero después se burlan de EL haciendo lo contrario de lo que el verdadero CRISTO les ha mandado: “Vendan todo lo que tienen y dénselo a los pobres; después vengan y síganme”.
¿Es posible otro Cristo distinto a ese? Claro que sí es el JESUS HISTORICO, el de los Evangelios, el Cristo de la FE APOSTOLICA y no el “romano”. El auténtico, el que a pesar de su condición DIVINA, no se aferró celoso a los privilegios de Dios, sino que se despojó (se anonadó) a si mismo y se hizo SIERVO; se humilló a sí mismo y se sometió a una infame muerte (muerte de cruz) y fue por eso porque DIOS lo ensalzó y le dio el “nombre sobre todo nombre” para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble y que en el cielo y en la tierra se proclame que JESUS ES SEÑOR para gloria de DIOS PADRE.
El jesús HUMANO, compasivo y servicial, que le duele el sufrimiento humano y lucha y actúa para LIBERARLO. Por eso decimos que El es el CRISTO DE LA LIBERACION, de la SANACION Y DE LA SALVACION de los seres humanos que en EL CONFÍAN. El es el CRISTO SOLIDARIO Y COMUNITARIO, que se involucra para liberar al ser humano de todos sus males, que se alegra con la felicidad de todos y no con el sufrimiento. El es un ser humano humilde y sencillo. Por eso da gracias a su Padre: “Yo te doy gracias porque has revelado nuestras cosas a los humildes y sencillos y se la has escondido a los que se creen sabios y poderosos. Así te ha parecido bien (Mt.11, 25-.28). El ha venido a “dignificar” a los pobres, a los marginados de la tierra, a los desterrados y excluidos; vino a darles vida en abundancia, a sanarlos de sus enfermedades y dolencias y a perdonarle todos sus pecados y a declararlos libres de toda opresión de todo tipo.
3) ¿Creemos en la Iglesia? ¿Cuál iglesia? ¿La imperial, la que manipuló Constantino el emperador romano? ¿La iglesia privilegiada del Imperio de turno? ¿La de la inquisición y las “cruzadas”, la de las hogueras o la de los reyes católicos españoles? ¿La de la colonización de América que irrespetó a nuestros originarios aborígenes; les impuso una “cultura extraña” a nombre del evangelio de cristo; que masacró indios y negros a través de sus colonizadores, que estuvo al lado de la “corona imperial” en vez de ponerse al lado de los “oprimidos y explotados”. Que obedeció a los “reyes de la colonia” en vez de oír la voz de Dios verdadero en los pobres explotados? Que se puso al lado de la “monarquía” y en contra de los libertadores de América y los declaró “blasfemos” y los excomulgó porque se oponían al sometimiento del Imperio? La iglesia que aun se pone al lado de los poderosos que oprimen a los más pobres y débiles y que apoya dictaduras o seudo democracias por defender sus privilegios y prebendas y permite que los políticos corruptos utilicen sus ídolos para ganar votos en las próximas elecciones.
NO, en esa “iglesia” no creemos. Pero hay un modo distinto de ser IGLESIA. Nosotros creemos en la “COMUNIDAD QUE JESUS DE NAZARETH constituyó”; Comunidad de Amor, de igualdad, de justicia, de fraternidad y de Paz; donde todos y todas somos HERMANOS(AS) y donde nadie es “superior” ni “inferior” a nadie; donde hay SERVIDORES (no jerarquías, ni prebendas ni títulos honoríficos) que tienen distintas funciones según los dones que hayan recibido del ESPIRITU. Unos tendrán la misión de guiar, educar, santificar, sanar, predicar, animar, presidir, aconsejar, etc. Todos somos un mismo cuerpo y la cabeza es JESUS EL NAZARENO, único dueño y Señor de esa COMUNIDAD. La Iglesia, Pueblo de Dios, donde todos y todas somos Nación santa y Pueblo SACERDOTAL porque participamos en el único y eterno sacerdocio de CRISTO. Todos somos MINISTROS DE CRISTO y responsables en el anuncio y realización del REINO DE DIOS en nuestra tierra. Comunidad donde los pobres y marginados ocupan los primeros puestos y donde se respeta la presencia de Dios en ellos de forma “preferencial”. Donde los ricos solo tienen cabida si se despojan de sus riquezas y las ponen al servicio de los pobres, como lo hizo Zaqueo y Mateo y muchos otros como Francisco de Asís, Clara y otros ricos convertidos. Así instauraremos el Reino de Jesús donde todos podremos participar en un solo banquete (la Eucaristía) donde todos seremos incluidos.
4) Creemos en la “virgen maría”, pero ¿Cuál virgen”. Esas que anda “enjoyadas y petrificadas” en sus tronos lujosos; con “coronas de oro puro” mientras sus hijos se mueren de hambre a su alrededor? Las que exigen que se les “rece” y “alaben”; las que en “Lepanto” mandó a rezar el rosario por el triunfo y la masacre de aquella guerra; la que “echa chispas y escarchas” para que se le construya altares y lugares de culto. Esa que han convertido en “estatua de oro” los poderosos que le rezan para ellos seguir protegiendo sus intereses y manteniendo a los pobres sumisos a ellos.
NO, en esa no creemos: Pero hay una VIRGEN MARÍA, la auténtica madre de Jesús y madre nuestra; la esposa del carpintero José; la que lavaba en el río (lavandera) como aquella que se encontró la “tablita de la Chiquinquirá” y que después se la quitaron para sacarla de ese contexto humilde y sencillo y adornarla con las vanidades de éste mundo; la humilde SERVIDORA del Señor, de Isabel su prima y de todo el que la necesitaba. La PROFETAque anunció a su pueblo que el “poderoso extendería su brazo (su poder) y derribaría a los poderosos de sus tronos y a los humildes los exaltaría. A la OYENTE Y OBEDIENTE A LA PALABRA DE DIOS; aquella que siempre estuvo dispuesta a “hacer su voluntad”; a la que el Concilio Vat. II llamó la “Nueva EVA”, la que creyó por encima de lo imposible; la que se entregó por entero y estuvo siempre firme al lado de Jesús hasta los pies de la cruz: Ah, en esa SÍ CREEMOS todos los Cristianos pero no en sus “caricaturas”. Ella no es la misma que nos han pintado y esculpido. Recordemos que el “becerro de oro” no era un “ídolo” distinto a Yahvé, sino su “representación” y a EL no le pareció bien porque estaba hecho de las “vanidades del pueblo” y en verdad lo que estaban adorando era a ellos mismos. Es por eso que nos indignamos cuando a la verdadera MARIA DE NAZARETH se le falta el respeto con esas “representaciones” que mas bien la desfiguran y la tergiversan; son una falsa imagen de ella que no quiere ni oro ni plata ni estatuas para que la adoren o le den culto sino que lo que quiere es “que hagamos lo que Jesús nos manda” (Jn. 2, 1-10). Amen.
*Párroco en Ruiz Pineda, Caricuao