Quito, 12 sep (PL) A cinco años del inicio de su gestión presidencial en Ecuador, Rafael Correa recibe hoy una calificación positiva del 81.7 por ciento de aprobación en su gestión, resalta una encuesta difundida aquí.
La más reciente muestra recogida por la empresa Perfiles de Opinión señala que el 55.7 por ciento de los encuestados evaluó de buena la labor del Jefe de Estado y el 26 por ciento como muy buena, valores que sumados superan el 80 por ciento de apoyo.
De los 631 entrevistados en los primeros cuatro días de septiembre en las ciudades de Quito y Guayaquil, el 16.1 por ciento calificó los esfuerzos presidenciales como malos y el 2.1 por ciento de muy malos.
La publicación de estos resultados coincide con un artículo circulado este miércoles por el diario El Telégrafo, firmado por Pedro Pierre, quien refiere la «curiosidad» de que en esta precampaña electoral todos quieren «tumbar a Correa».
Para Pierre el enemigo no es Correa, sino el enemigo de siempre, el sistema neoliberal con sus distintas caras: la injerencia norteamericana, la empresa privada, los medios de comunicación y empresariales, y la apatía ciudadana que engendra.
El articulista señala que todavía quedan asuntos pendientes entre los planteados por el programa de gobierno de la Revolución Ciudadana.
Sin embargo, en estos cinco años mucho se ha hecho para que los pobres «saquen la cabeza de la miseria, se organicen, tomen conciencia crítica y retomen su voz y protagonismo».
Señala, además, que se hubiera podido hacer más y mejor, pero un camino está abierto y un signo evidente es la actual participación de numerosas organizaciones para las leyes que la Asamblea Nacional no logra sacar adelante.
En su opinión, tal vez sea el ente parlamentario el que menos ha cumplido con la participación ciudadana, sin embargo, añade, esta es la que debe obligar la Asamblea y al Gobierno a consultarla e integrar sus propuestas.
Se cuestiona, además, por qué no continuar en profundización y correcciones necesarias lo que se ha hecho y se está haciendo.
Añade que «no han caído las murallas de Jericó por el griterío de unos cuantos salvadores, sino por un pueblo organizado y luchador que quería vida nueva y cambios radicales».
Entre los esfuerzos de la administración ecuatoriana, el analista resalta la lucha contra la corrupción, la revolución económica, la integración latinoamericana, el trabajo para el bienestar de todos, la identidad nacional, justicia social, armonía con la naturaleza y educación.
Pierre concluye que queda mucho camino que recorrer, pero va por allí el socialismo latinoamericano del siglo 21.