Nueva Zelanda define su futuro inmediato en elecciones legislativas

Wellington, 26 nov (PL) Los neozelandeses eligen hoy un nuevo Gobierno, en unas elecciones legislativas marcadas por la economía, y en las cuales sale como favorito el conservador Partido Nacional del primer ministro, John Key.

Alrededor de tres millones de personas están convocadas para decidir en las urnas si el Ejecutivo continúa en poder de Key por los próximos tres años o pasa a manos del Partido Laborista, encabezado por Phil Goff.

Las encuestas auguran un triunfo de la formación conservadora, aunque persiste la incertidumbre si obtendrá los 61 escaños (de un total de 120 en el Parlamento unicameral) necesarios para gobernar en solitario y nombrar al jefe del Gobierno.

No necesitamos una coalición indeseada. El Partido Nacional va a hacer historia mañana, afirmó Key la víspera en su último mitin previo a la votación, celebrado cerca de Auckland, donde también cerraron su campaña los laboristas de Goff.

Si no consigue la mayoría parlamentaria, el Partido Nacional deberá mantenerse en el poder mediante una alianza con agrupaciones menores, como ocurre desde 2008, cuando ganaron los comicios y Key accedió a su actual cargo.

Según los cálculos, los laboristas -principal fuerza de oposición- obtendrían poco más de 36 bancadas, las cuales sumarían a las 23 de sus aliados del Partido Verde.

La situación económica centra los debates en un momento en que el país se ve golpeado por la crisis financiera internacional y los efectos de los dos potentes sismos registrados en Christchurch.

El Gobierno aún enfrenta los gastos del complejo proceso de rehabilitación de esa urbe, sacudida por dos terremotos, en septiembre de 2010 y en febrero pasado, este último con un saldo de 180 muertos y más de 23 mil millones de dólares en afectaciones.

Acorde con previsiones oficiales, la economía nacional crecerá en 2,3 por ciento en el período fiscal que finaliza en marzo de 2012, y durante los cuatro siguientes aumentará en un promedio anual cercano al tres por ciento.

La actual administración apuesta por reducir la deuda estatal a través de la privatización de empresas y un ajuste presupuestario, en tanto sus adversarios abogan por incrementar los impuestos a los ciudadanos con mayores ingresos y recortes en el gasto público.

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