Santiago de Chile, 12 feb (PL) Una veintena de temblores de mediana intensidad sacudió en las últimas horas el centro sur de Chile, cuyos habitantes entraron en pánico e hicieron colapsar las líneas telefónicas.
De acuerdo con la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi), el sismo de 6,9 grados Richter que afectó en la tarde ayer a las regiones del Maule y el Bío Bío generó hasta el momento unas 20 réplicas, la última de ellas a las 08:10 (hora local) de este sábado. Cinco de esas sacudidas se aproximaron a los seis grados de magnitud en la escala de Richter y revivieron los temores del terremoto de 8,8 grados y posterior tsunami del pasado año que dejaron en la misma zona un saldo de más de 500 muertos y dos millones de damnificados.
Las autoridades advirtieron, empero, que tales eventos no son capaces de provocar daños estructurales, aunque sean perceptibles por la población y generen niveles de alerta.
Incluso el director nacional de Onemi, Vicente Nuñez, hizo un llamado a la calma y aclaró que no había peligro de tsunami en la zona costera, donde la mayoría de los pobladores decidió autoevacuarse hacia lugares altos.
«Hay réplicas, pero no reúnen las condiciones para la ocurrencia de un tsunami en las costas del país», precisó.
El presidente Sebastián Piñera también llamó a la serenidad y elogió la cultura sísmica alcanzada. La reacción del sistema de emergencias y de las personas fue la adecuada, subrayó el jefe de Estado.
No tenemos ni accidentes personales ni daños físicos que lamentar -apuntó. Chile tiene que estar preparado y nuestro gobierno ha tomado todas las providencias y medidas necesarias para poder enfrentar en el futuro eventuales fenómenos naturales, añadió.
La fuerte sacudida de la víspera se registró a las 17:06 (hora local) a 45 kilómetros al noroeste de Concepción, capital del Bío Bío chileno y epicentro del terremoto del 27 de febrero del 2010.
Aunque con menor intensidad, el sismo afectó asimismo las regiones de Valparaíso, O Higgins y Metropolitana, donde se encuentra situada esta capital.
El Servicio Sismológico de Estados Unidos informó que el movimiento telúrico tenía una intensidad de siete grados Richter, pero la ONEMI fijó su magnitud en 6,9.Ω