Tsunami Laboral (Parte I)

Estanislao Velázquez

Los Ministros hablan muy bonito cuando pueden hablar, pero dígame usted qué planificación, ejecución y mucho menos seguimiento se le puede hacer a cualquier gestión si pasan tanto tiempo en actos con el Presidente. Cuando no, están en un programa conducido por ellos o están de invitados en otro. Parecido pasa con los Presidentes de organismos adscritos y directores, se sabe de varios que tienen 2 y 3 cargos. Dígame si así pueden -seriamente hablando-, de verdad concentrarse con dedicación y sobre todo con eficiencia al logro de cualquier objetivo.

Entiéndase que uno conversa con amigos que trabajan en instituciones del Estado. En muchos casos están literalmente “parados” o sea, van a cumplir horario. No es culpa del trabajador ésta situación. Por supuesto, al trabajador le interesa de primero su sustento, pero también a nivel más intelectual ser productivo, tener crecimiento personal, que es lo natural.  En no pocas instituciones del Estado (nuevas y viejas) la inercia es la orden del día. Es una cadena que da tristeza. Para quien está preocupado por los recursos del Estado y está convencido de que en Revolución y Socialismo “Todos” podemos tener trabajo digno y mejorar nuestra calidad de vida, preocupa demasiado esta situación.

Sospecho que una de las razones de esta inoperancia tiene que ver con la cantidad de Instituciones creadas sin argumentación lógica que la sustente, sino más bien para “complacer” o “creer” en un proyecto planteado por algún ejecutivo que tuvo una buena idea -por lo menos- o por tanta creación de Fundaciones, Organismos, Ministerios que en poco tiempo se eliminan, se fusionan, o desaparecen. Los que sobreviven quedan entonces compitiendo entre sí por tener funciones solapadas. Lo sensible son los restos humanos que andan deambulando y preocupados por su futuro y por el destino de este país y sus recursos (a los que les duele). Porque además los que tienen poder de decisión y mando son contrarios a las ideas de socialismo y revolución, pero eso si, los ve usted con una franela roja o institucional en caso de que haya marcha, concentración o alguna cosa donde haya que figurar.

Un  “comentarista de pasillo” me dijo que no es lo mismo ir a barrer o pintar (en el caso del Plan Bicentenario) por 9 mil bolívares que por 2mil que es lo que él gana. Lo otro es que el Estado tiene el reto de no dejar en la calle a un monton de gente a las cuales no se ha tenido la capacidad -aún- de poner a trabajar en obras útiles tanto para ellos como para el país. Ejemplo de esto, que sí he visto con mis propios ojos son los muchachitos y muchachitas tan jóvenes compitiendo entre sí por barrer un espacio.

Laboralmente hablando llamo la atención sobre esto porque estoy seguro de que no es lo que pretende el presidente, por lo menos no es lo que él dice y me parece que hay que evitar en lo posible, los futuros tsunamis (de repercusiones inimaginables) que ésta y otras situaciones laborales pudieran generar.

estanislao125@gmail.com

cm

Un comentario sobre “Tsunami Laboral (Parte I)

  1. esta es la realidad del cenit centro nacional de innovación tecnológica , burocracia, corrupción, escuálidos a granel, gente calentando silla y revisando facebbok, creada para complacer a un sujeto que con cambio de ministro se fua a cantv, y ahora no saben q hacer con el mostrico

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