Dictadolar

Raúl Bracho

Ante la injusticia que denuncia este ciudadano del mundo, le publico su carta a pesar de declararse mi enemigo: (sic)

“Esta bella dictadolar para la que nos deseducaron era nuestro gran sueño americano, aquella superdominación diseñada en Chicago por los herederos de Ford, esta fallando y no me esta gustando lo que pasa. Yo soñaba en ser tan fuerte como Rocky y golpear a los demás con la furia de sus puños, soñaba en entrar por los balcones a las habitaciones de bellas damas como  James Bond, o al menos disfrutar de un escocés en mi yate en la costa azul y el camino se me está poniendo de cuadritos.

He sido fiel al capitalismo, he sido por tanto acérrimo enemigo de los comunistas y guerrilleros, islamistas y castristas y todas esas alimañas que pregonaban la destrucción de esta sociedad tan bella. Y mis sueños se me desmoronan entre las manos y  no por culpa de los comunistas que me enseñaron a odiar sino por el banco que  me hipotecaba la casa, el que me prestó para mi auto y por los intereses de mi tarjeta de crédito exclusiva. Estoy en una carpa en medio de la calle, sin empleo y la unica respuesta es que la culpa es de la crisis. Que los chinos, malditos comunistas, nos robaron los dólares y nos tienen fritos, que debo esperar a que la crisis se supere y que mi deber como ciudadano del mundo libre es soportar esta tempestad en la que no encuentro como darle comida a mis hijos, ni menos seguir pagando la matrícula de mi hija en Cambridge, donde se preparaba para ser leguleya.

Desde que nacemos nos dicen que nacimos para ser triunfadores, un triunfador se viste de frac y a fiestas de Black tie, tiene lujosos autos y lanchas, hasta jet privados. Se crece asistiendo a la escuela para prepararse para venderse lo mas caro posible, para prostituirnos a cambio del éxito. Colgamos luego los títulos y doctorados en las paredes de la casa o el despacho y comenzamos a realizarnos plenamente. Compramos acciones, depositamos plazos fijos, pedimos préstamos, compramos lujosas mansiones o tratamos de aparentar que vamos teniéndolo todo y al final estamos terminando en la cesta de basura.

Soy lo que puedo comprar, lo que puedo pagar. Valgo lo que tengo, lo que me dan por trabajar o lo que exploto o robo. Soy lo que tenga en moneda de cambio. Lo demás vale güevas. Como ser humano o como estado o como empresa o como lo que sea que tenga ingerencia de mi raza, todo signado por esta fatal dictadura. Dinero, dinero, dinero. Y como me quede sin dinero no valgo ni mierda.

Quiero que esta carta sea llevada a OEA y todas las instancias de los derechos humanos pero no tengo ni 5 centavos para echarla al correo, así que he pedido colaboración para que alguien la publique aunque sea en esta página de protesta. Que conste que sigo fiel a mis principios como consumidor hecho y derecho, que siento vulnerado mi derecho a consumir, a poseer los suntuosos bienes que me mostraban por la tele, que me siento al borde de un colapso mental y nadie se hace responsable.

Por mi mente pasan ideas horribles de que tomo las armas para rescatar mi sociedad de consumo y al final no se a quien debo disparar, si al final donde veo a mis enemigos es en Wall Stret y entonces sería catalogado como terrorista y me llamarían enemigo de mi patria, necesito que se me de una explicación a toda esta barbarie que comenzó aquella mañana en que lei en la prensa que Leman Brothers había quebrado. Quisiera despertar y reírme al pensar que era solo una pesadilla, pero cada día me despierto con mas problemas, tengo que hacer largas colas para implorar cualquier empleo y me rebusco limpiando los parabrisas de los autos en el semáforo de la esquina, como yo cada vez hay más personas y mi mente se confunde cada vez más. Creo que he sido engañado y alguien debería explicarme que pasó con aquel sueño por el que luche tanto.

Quiero saber que piensa mi presidente Obama sobre mi futuro tenebroso y que me diga si para esto fue que vote por él.”

Si alguien puede asesorarlo, se lo agradeceré.

brachoraul@gmail.com